Los cuatro partidos clave de la temporada se han dejado ir sin más. Han pasado sin pena ni gloria y ya no volverán. No es enfado ni rabia, es pena e impotencia de no haber podido demostrar que somos más y mejor.
Solo queda disfrutar de lo compañía, del sudor, del cansancio, de una buena ducha y una "cocacolica" bien fresca servida, seguramente, por una mujer de Europa de este.
Pep Guardiola:
Si perdemos, continuaremos siendo el mejor equipo del mundo. Si ganamos, seremos eternos.
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