Un amigo del Mirón, que vive con él y lee libros raros, me ha dicho que no se qué sabio viejo decía que en el medio estaba la virtud. Pues eso, Latocan ganar no ganará pero se queda siempre a medias, Latocan es un empatador: un virtuoso.
Contra los tipos del sábado no es la primera ni la última vez que jugamos. Son siempre movidas a caradeperro, muy disputadas, muy atoradas a ratetes. A un lado del rectángulo anduvo Latocan con la apuesta firme en su cariño al pelotón. Al otro lao de la colina los de blanco y rojo con mejores perros esperando a catar por dónde salta.
Y no tardó mucho el lebrel. En un saque de banda nos vulcaron la calabaza al área y uno así grandón se revolvió de espaldas y la coló pero bien. Empezar perdiendo: esa condición tan preciada, tan de nosoltres.
Latocan mejoró su juego en permanente progresión de la segunda mitad del primer tiempo hasta el final del chisme. Contra un equipo cerrao y bien cerrao se creció gracias al empuje desde la defensa. SúperKiko y Miguelón se incorporaban casi como extremos y no regalábamos el balón. Estuvo mañoso Latocan dado el percal.
Nos faltó, como alguna que otra vez, un último empujoncico arriba. El gambetas y el hurón lo intentaron a destajo, pero fue que braulioamos un poco, no terminamos de atinar.
Los últimos diez minutos de partido fueron los mejores, los más intensos. Consiguió Latocan la golica de falta desde la frontal y en esas se pudo haber ligao del todo la pachanga. Un remate al palo del gambetas y un gol anulado por fuera de juego fantasma pudieron haber sido lo que al final no pudo ser.
En fin, camaradas, hermanos virtuosos: sean malos la próxima vez. Y Amén.
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